Somos un planeta adicto a las pantallas. Los españoles pasan el 34,6% de su día mirando pantallas. Así lo desvela un estudio de Electronics Hub. La preocupación por el tiempo que pasamos viendo televisión existe desde la década de 1950, pero con tantas pantallas, programas para ver en maratones y aplicaciones adictivas que luchan por nuestra atención, no es de extrañar que casi una de cada dos personas en Estados Unidos diga que tiene una adicción a sus dispositivos digitales.
En Sudáfrica, el promedio de personas dedica un 56,80% de sus horas diarias mirando pantallas. Esta es la proporción más alta registrada en comparación a cualquier otro país, lo que coincide con los hallazgos del año pasado. Las investigaciones en este país han demostrado que los niños están expuestos más de tres horas a la pantalla fuera del horario escolar.
Los Emiratos Árabes Unidos también ocupan un lugar destacado, con un promedio de personas que dedican un 49,09% de su tiempo mirando pantallas. Además, Emiratos Árabes Unidos se encuentra en la parte alta de la lista en cuanto a la cantidad de usuarios de internet que juegan a videojuegos.
Para la mayoría, el tiempo frente a la pantalla es una parte inevitable de la jornada laboral. Para otros, es una especie de muleta emocional después de que termina la jornada laboral. «La gente me pregunta qué haré esta noche y, bueno, es un día entre semana, así que estaré frente a las pantallas«, bromea un usuario de TikTok en un video que ha obtenido casi medio millón de me gustas. «Probablemente tres, como un capricho. Me gusta la grande, la mediana y obviamente la pequeña. Creo que tres es lo mejor porque casi no hay posibilidad de que se te ocurra un pensamiento cuando tienes tres pantallas«.
En comparación con el año pasado, la persona promedio en el mundo pasa tres minutos más mirando sus pantallas por día. Esto obligó a Electronics Hub a actualizar su análisis de 2023 con datos actualizados para responder: ¿en qué países los locales pasan la mayor parte del tiempo despiertos mirando pantallas?
¿Cómo afecta el uso de pantallas en nuestro cuerpo?
El uso excesivo de dispositivos electrónicos como teléfonos, tabletas y computadoras puede ocasionar dolor de cabeza, molestias en el cuello, e incluso dolor en las extremidades superiores. La postura forzada que adoptamos al mirar las pantallas genera tensión en los músculos del cuello y la parte superior de la espalda. Esta tensión, a su vez, puede provocar inflamación de los nervios y contracturas musculares.
Para prevenirlo, es importante realizar actividad física de manera regular, hacer pausas frecuentes cada 30-60 minutos para levantar la vista de la pantalla, hacer estiramientos y cambiar de actividad. También es fundamental cuidar la ergonomía en el puesto de trabajo, ajustando la altura de la silla y el monitor para mantener una postura correcta, y evitar posturas forzadas, como apoyar el teléfono en el pecho mientras lo usas o mantener la cabeza erguida cuando estás en el ordenador.
Al realizar actividades a corta distancia puede generarse cansancio visual, que se manifiesta con síntomas de ojo seco como sensación de arenilla, ardor, enrojecimiento ocular, lagrimeo, visión borrosa e intolerancia a la luz. La frecuencia de parpadeo normal es de unas 15 veces por minuto, lo que se reduce a la mitad al fijar la vista en los dispositivos electrónicos, acompañado de mayor evaporación de la lágrima, produciendo ojo seco.
Para aliviar el cansancio ocular se aconseja realizar descansos breves de la pantalla cada cierto tiempo y mirar un objeto distante. La regla del 20-20-20, consiste en que cada 20 minutos miremos durante 20 segundos a seis metros de distancia o al infinito. Además, también puede ayudar el uso de lágrimas artificiales para lubricar el ojo en caso de tenerlo seco, o bien disminuir el brillo de la pantalla.
Y por último, una de las muy malas costumbres que tenemos antes de irse a dormir es ver televisión o revisar el teléfono móvil, lo que puede perjudicar nuestro sueño. Esto ocurre porque la luz blanca brillante que emiten los dispositivos electrónicos altera los niveles de melatonina (hormona que regula el sueño) y hace que el cerebro crea que sigue siendo de día, en lugar de dar la señal de que es hora de dormir. De esta forma se produce el insomnio, caracterizado no sólo porque cuesta más quedarse dormido, sino también por una peor calidad de sueño, provocando pesadillas o incrementando patologías del sueño que no permiten un descanso reparador.